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MODELO ORQUESTAL DE LA COMUNICACIÓN

En el seno de ciertos miembros del Colegio Invisible, reencontramos el desarrollo de una analogía entre la comunicación y una orquesta justo antes de iniciar. Scheflen escribe: “Si proponemos que la forma de la composición musical en general es análoga a la estructura de la comunicación americana, las variantes particulares de la música (por ejemplo una sinfonía, un concierto, etc.) pueden ser concebidas como análogas a las estructuras comunicativas especiales (por ejemplo una psicoterapia). Una fuga por un cuarteto de cuerdas es una honesta analogía de una psicoterapia en un grupo de cuatro personas. A la vez en el cuarteto y en la sesión psicoterapéutica, hay realización de las estructuras. En cada caso, la ejecución mostrará un estilo y las particularidades propias, pero seguirá también una línea y una configuración general. La diferencia entre estas dos estructuras es que la composición musical posee una partitura explícita, escrita y concientemente aprendida y repetida. La partición de la comunicación no fue formulada por escrito y dentro de una cierta medida, fue aprendida inconscientemente.


La analogía de la orquesta explica porque decimos que cada individuo participa en la comunicación, más ésta no es el origen ni el final. La imagen de “la partición invisible” llama particularmente al postulado fundamental de una gramática del comportamiento que cada uno utiliza en los intercambios, más diversos con el interlocutor. Es en este sentido, que uno podrá hablar de un modelo orquestal de la comunicación por oposición al modelo de la telegrafía. El modelo orquestal profundiza dentro de la comunicación el fenómeno social en que todo primer sentido de la palabra explica, tanto en francés como en inglés, la partitura y la comunión del mensaje expresado.


La comunicación humana es mucho más compleja de lo que puede representar el descifrar un código, o el no entender debido a una interferencia en el canal. Así lo han demostrado al menos los integrantes de la llamada Universidad invisible, que agrupa a autores como Bateson, Hall, Watzlawick o Birdwhistell. La “nueva comunicación” propone un “modelo orquestal”, no telegráfico, un modelo mucho más complejo en el que se integra, por ejemplo, el lenguaje no verbal, el espacio como vector de jerarquía y poder, y desde luego la retroalimentación permanente, o las palabras del emisor influidas por la reacción del receptor, por poner sólo un ejemplo.
Es desde ese modelo orquestal y no telegráfico desde el que podemos adentrarnos con cierta seguridad en los medios de comunicación sabiendo que los instrumentos que tocan en esta peculiar orquesta son particularmente complejos.


En primer lugar debemos valorar el poder de los medios de comunicación y su debilidad, depender de la audiencia. Hemos de contar, también, con la diferencia básica entre los medios, es decir, el medio en sí, el canal: prensa, radio, televisión y el medio digital, también. En tercer lugar y mucho más importante a nuestros efectos, hemos de considerar qué ocurre cuando la noticia - la información - se concibe como un instrumento para el entretenimiento. Es en esta medida en la que además de informar se comunica algo que tiene que ver con una dimensión que deja de ser estrictamente racional.


El impacto de palabras e imágenes escapa al cómodo cauce telegráfico impuesto a la comunicación. Sin duda entramos en una orquesta circular. Hemos de olvidarnos de la supuesta maldad del periodista, de su capacidad de manipulación, sabemos que este colectivo profesional es uno de los menos respetados desgraciadamente. Debemos pensar también que si ocurren este tipo de situaciones es porque detrás de los televisores hay espectadores que hacen saltar los índices de audiencia.
Es un modelo circular, orquestal y desde luego con una amplia capacidad de retroalimentación. Cómo se ha llegado a situaciones como las descritas es una pregunta que en cierto modo se ha ido tanteando a partir del análisis sobre la comunicación de masas. Como explica John Langer desde principios del siglo XX hasta la década de los treinta los analistas e investigadores suponían un poder absoluto a los medios de comunicación, sobre todo en lo que se refiere a su influencia persuasiva. No hay más que pensar en que a pesar de la carencia de medios tecnológicos los avances en la propaganda estuvieron ligados a sistemas totalitarios.


En esa orquesta comunicativa de la que es posible aislar el sonido de determinados instrumentos, realiza una labor fundamental a la vez que sutil, el despliegue de esos arquetipos como remanentes arcaicos, como fuerzas extrañas. Frente a la rutina diaria, frente a la causalidad – en términos de Barthes – de los hechos en un orden real surge una extraña amenaza. Las emociones, la sensación de miedo o de alegría, el miedo instintivo, son el material del que se nutren esas otras noticias.

1 comentario:

  1. HOLA, ME PARECE QUE EL ARTICULO ESTA MUY COMPLETO Y EXPLICA MUY BIEN EL TEMA PERO ME PODRIAS AYUDAR CON UNA LISTA DE REFERENCIAS PARA SUSTENTAR LA INFORMACION QUE PRESENTASTE

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